viernes, 29 de abril de 2011

Por fin...

Por fin,
después de tantos años,
decidió salir de casa.
Como un aceite negro derramado desde lo alto
cruzó de acera a acera una sombra extraña:
Diez pasos dirigidos sobre grises guarniciones
por basura sepultadas
y después tan sólo nada...

Un sueño..

Un sueño,
el sueño prolongado de una vida entera.
Recién incorporada,
su blancura se revela ante la roja sobriedad del enmohecido sofá,
así cual los cabellos en su espalda de violín.
¿Ha muerto o ha nacido?...
y mientras una suave niebla se asomó por la ventana.

miércoles, 20 de abril de 2011

Naufragio

Víctima de océano y movimiento
que embate ahora sus restos en las olas,
partículas de mí que siempre solas
son hojas arrastradas por el viento.

El mar calla mi voz, ahogado aliento,
con un hueco rugir de caracolas,
¿inmensa onda azul, por qué me asolas,
silente, entre tus aguas, y sediento?...

Naufrago en esta líquida llanura
sin brecha en tierra firme, sólo espuma,
en calma se me ofrece la tersura

del mar en que me mezco como pluma.
Mi vida a la deriva se apresura
sin goce ni dolor, sin sol ni bruma.

domingo, 10 de abril de 2011

Entre ruinas...

Entre ruinas de luz agonizante
la máscara solar se desvanece;
hipnótica y nocturna resplandece
la estrella de tus ojos, rutilante.

Sombra que a la luz se alía constante,
mi noche aún de día permanece;
tinieblas, tu mirada, palidece
y dos soles, de luna, dan semblante.

Ahora el fuego negro ya no quema
ni enciende sus antorchas en el cielo.
Eclipsan nuevos astros de suprema

claridad, de la luna, al blanco hielo.
Esta que fue noche, es hoy dilema
entre iris solar y estrellado velo.